La ciudad de Córdoba está conmocionada por el crimen de Milagros Bottone, la joven de 23 años que fue asesinada por su padre. El hombre ingresó a su casa para agredir a su ex pareja, mató a su propia hija y luego se quitó la vida.
Vecinos y familiares remarcaron que el femicida tenía nueve denuncias previas, incluso se supo que Mercedes Martínez (madre de Milagros) contaba con un botón antipánico. Frente a esto, la fiscalía salió a justificar por qué el asesino estaba libre.
La fiscal Bettina Croppi aseguró que las denuncias contra Ricardo Bottone “no justifican ni ameritan la detención de una persona”. Admitió que le daba mucha tristeza lo que había pasado, pero al no surgir un delito, no podían “hacer nada”.
La fiscal general adjunta indicó que en ese entonces le otorgaron un botón antipánico a la denunciante, ordenaron una restricción de acercamiento y se secuestraron armas que estaban en poder del acusado.
Luego precisó que la segunda denuncia se radicó en noviembre de 2021 porque el agresor había incumplido la perimetral. “En consecuencia se dispuso la imputación por desobediencia a la autoridad“, confirmó.
Recién en 2022 ya no Mercedes, sino Milagros, la hija comparece y dice que ha tenido una situación de agresión con su padre, de una discusión y que en el marco de la discusión su padre la amenazó“, advirtió Croppi.
Luego de repasar los antecedentes, completó: “Son las tres denuncias que tenemos. En el marco de nuestro sistema procesal y jurídico estas denuncias no justifican ni ameritan la detención de una persona. No podemos detener una persona por un delito de desobediencia a la autoridad, cuyo máximo de pena es 15 días de privación de la libertad y por amenaza simple”.