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Se convirtió en el primer vicepresidente preso por corrupción; fue condenado a cinco años y diez meses de cárcel por apropiarse ilegalmente de la imprenta; Núñez Carmona y el fundador de la empresa, también fueron condenados
e abrazó con su abogado. Apagó el celular y se lo entregó. También le dio las tarjetas de crédito y el dinero. No los iba a necesitar. Luego sacó de la billetera su DNI y se lo guardó en el bolsillo. Así, Amado Boudou, de traje gris y camisa, pelo corto, se puso en manos de los agentes penitenciarios que se lo llevaron detenido a la cárcel de Ezeiza desde los mismos estrados del tribunal que ayer lo condenó a cinco años y 10 meses de prisión por haberse quedado con la imprenta Ciccone, que fabrica papel moneda. Un fallo histórico: por primera vez un vicepresidente es detenido por una causa de corrupción.
Para la Justicia, Boudou es culpable de haber cometido los delitos de cohecho (recibir las acciones de la imprenta como un soborno) y negociaciones incompatibles con su función (interesarse en levantar la quiebra de Ciccone), por lo que fue inhabilitado de por vida para ocupar cargos públicos y condenado además a pagar una multa de 90.000 pesos. Su socio y amigo José María Núñez Carmona fue sentenciado a cumplir cinco años y seis meses de prisión como partícipe del mismo delito y también quedó preso. Luego, los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel y María Gabriela López Iñiguez, que votó con una disidencia parcial en las penas y los fundamentos, ordenaron evacuar la sala de audiencias para detener a los acusados, fuera de la vista del público.
También quedó preso, pero con arresto domiciliario debido a su edad avanzada, Nicolás Ciccone, el dueño de la imprenta condenado a cumplir cuatro años y seis meses de prisión. Su chofer lo vino a buscar y se lo llevó a su casa, donde monitorearán sus movimientos con una tobillera electrónica.
Hace dos años estaban viajando en jets privados, alojándose en hoteles cinco estrellas, viviendo como funcionarios con chofer y custodia. Hoy están presos. Antes del fallo, Boudou dijo que en esta causa había algo de “revancha de clase, de aleccionar”. Y se victimizó: “Los políticos que deciden cambiar la realidad son perseguidos. Primero desde el punto de vista mediático, luego desde el sistema de justicia”, cerró.
Los jueces del Tribunal Oral Federal N° 4 condenaron además a tres años de prisión en suspenso a Rafael Resnick Brener, exjefe de asesores de la AFIP; a Alejandro Vandenbroele, el arrepentido que confesó que actuaba en nombre de Boudou, a dos años de prisión en suspenso, y a César Forcieri, a dos años y seis meses de cárcel.
Estos tres últimos condenados deberán cumplir, durante tres años, 40 horas por mes de tareas comunitarias en una institución de bien público. Forcieri, amigo de Boudou y que era el representante de la Argentina en el Banco Mundial, fue además inhabilitado de por vida para ocupar cargos públicos.
Boudou y Núñez Carmona fueron trasladados hasta los calabozos de la alcaidía de los tribunales en el subsuelo, y desde allí sacados en una camioneta que los llevó directo al penal de Ezeiza, donde ya habían estado detenidos. Estarán alojados en un pabellón destinado a los presos acusados de corrupción, según informó el Servicio Penitenciario Federal.
Ni Boudou ni su socio se sorprendieron por la decisión de dejarlos presos. De hecho, la evaluaban como una posibilidad y hasta tenían el rumor de que este podía ser el desenlace.
El fiscal Marcelo Colombo no había pedido que quedara preso. Sí lo hizo la Unidad de Información Financiera (UIF).
El titular de la UIF, Mariano Federici, estaba presente ayer cuando se leyó el fallo y dijo estar “muy conforme” con la condena y con que la Justicia haya pedido la detención inmediata de Boudou, porque a su entender “la libertad de estos condenados, teniendo en cuenta su poder de influencia, podía poner en riesgo futuras investigaciones”. Laura Alonso , de la Oficina Anticorrupción, también estaba en la sala de audiencias. Al finalizar el juicio dijo que el fallo era “histórico” porque “por primera vez en la Argentina se ha condenado a un vicepresidente”.
El Gobierno deseaba la detención de Boudou y el ministro de Justicia, Germán Garavano , antes de la sentencia afirmó que su criterio era que tras una condena de cumplimiento efectivo, los imputados debían quedar detenidos porque se había quebrado el principio de inocencia.
En cambio, los abogados de Boudou estaban indignados tras la sentencia. Alejandro Rúa adelantó que iban a apelar la prisión preventiva y confiaban en que la Cámara Federal iba a liberar a su cliente hasta que el fallo quedara firme o fuera revocado con la revisión de la Cámara de Casación. Matías Molinero, abogado de Núñez Carmona, se dijo sorprendido por el monto de la pena, ya que su cliente, sin antecedentes, fue condenado a casi el máximo de la escala penal. “Nos parece una barbaridad”, dijo.
Rúa y Molinero habían recusado a Bertuzzi porque dijeron que el juez no les daba garantías de imparcialidad, porque al tiempo que debía dictar sentencia contra sus clientes se candidateaba a integrar la Cámara Federal, cargo al que solo podría llegar con el apoyo de los consejeros de la magistratura del oficialismo. Pero la Casación rechazó esa recusación. Ayer, los abogados insistieron en que se suspendiera el juicio hasta tanto la Corte revise esa decisión, pero rechazaron su pedido.
Al mismo tiempo ayer se conoció que la Cámara de Casación respaldó el pedido de Bertuzzi para que fuera trasladado a la Cámara Federal. Ahora dependerá del Consejo de la Magistratura el traslado de Bertuzzi, que se concretará luego de que se conozca la sentencia contra Julio De Vido en el caso de la tragedia de Once.
Los fundamentos de la condena se conocerán el 3 de octubre de 2018, pero ya se sabe por la lectura del fallo que realizó el juez Bertuzzi que hay disidencias parciales de su colega López Iñiguez.
Las principales disidencias pasan porque para la jueza no se justificaban las prisiones preventivas, pues no considera que haya peligro de fuga de los condenados.
Tampoco compartió el monto de las penas impuestas, pues según su punto de vista el cohecho no se concretó, sino que quedó en grado de tentativa.
Fuente: La Nación