“Necesitaba parar y reflexionar”, adujo Pedro Sánchez este lunes, al afrontar su esperado discurso, tras poner en duda su continuidad como presidente de España.
Finalmente, hizo un desarrollo respecto a lo que considera “una campaña de descrédito de hace diez años”, remarcó que “si permitimos las mentiras más groseras contra el debate racional con evidencias, no merece la pena” y pidió “decir basta a esta degradación de la vida pública”.
Realizó un llamado a “la dignidad y el sentido común”, para ponerle freno a “la política de la vergüenza”. Llamó a decidir “qué tipo de sociedad queremos ser”.
Y agregó: “Llevamos mucho tiempo dejando que el fango contamine la vida pública, con prácticas tóxicas”.
Hizo una defensa de Begoña Gómez, su esposa, al solicitar que no se vuelva a reducir “a la mujer al ámbito familiar” por las últimas denuncias en su contra.
“Quiero compartir lo que he decidido: he decidido seguir al frente de la presidencia del Gobierno de España. Esto es un punto y aparte, y asumo mi compromiso de trabajar sin descanso por la regeneración pendiente de nuestra democracia. Lo asumo con más fuerzas, si cabe”, sentenció.
Adujo que “mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará, llevamos 10 años sufriéndola”, y remarcó que “Podemos con ella”.
Hizo un agradecimiento por “las muestras de solidaridad recibidas de todos los ámbitos”.