Uno de los policías acusados por el crimen de Blas Correas dijo ayer ante un jurado popular que “nunca” disparó con intenciones de matar, mientras que otra oficial imputada puso en evidencia que uno de los superiores sabía que habían plantado un arma.
El juicio por jurados que comenzó el pasado lunes en la ciudad de Córdoba tiene en el banquillo de los acusados a 13 policías de la provincia, entre ellos el cabo primero Javier Alarcón (33) y cabo primero Lucas Gómez (37). En su declaración ante el jurado popular, Alarcón aseguró que esa madrugada le ordenaron controlar “un vehículo que supuestamente se dio a la fuga” en el que supuestamente se movilizaban “seis ocupantes que podrían portar armas y que habían querido cometer un delito”.
El efectivo explicó que se encontraba en un control sobre avenida Vélez Sarsfield y Romagosa, de barrio Colinas, y sostuvo: “Se aproxima el Fiat blanco y encara al policía Gómez. Desenfundé mi arma. Nunca disparé con intenciones de matar a nadie”. “En ningún momento hubo un plan común” con el cabo primero Gómez en cuanto a la decisión de disparar contra el automóvil, al rechazar de esa manera parte de acusación que sostiene la fiscalía, respecto a que hubo “acuerdo tácito” entre ambos para “dar muerte a los ocupantes del vehículo”.
Ayer también declaró la oficial ayudante Yamila Florencia Martínez (24), quien llega a este juicio acusada de “encubrimiento por favorecimiento personal y real agravado por la calidad funcional, y omisión de deberes de funcionario público”. Martínez estaba a cargo del operativo de control de seguridad donde ocurrieron los disparos, acompañada por los policías Alarcón, Gómez y la agente Wanda Micaela Esquivel (34).
En su declaración reafirmó el relato de Alarcón que habían sido alertados por radio sobre la fuga del Fiat Argo blanco con “ocupantes supuestamente armados”. “Como no sabíamos qué iba a pasar me pongo muy nerviosa. Saco mi arma cuando el auto se acercaba a baja velocidad. Hago señales para que frenara y no para”, manifestó la oficial, quien dijo que comunicó por frecuencia radial la situación y que entonces escuchó disparos efectuados por Gómez.
Durante la declaración se proyectó un video captado con las cámaras de un móvil policial que muestra a Alarcón abriendo el baúl del automóvil oficial cuando, aparentemente, saca el arma que luego plantan.
Para el abogado Alejandro Pérez Moreno, quien representa como querellante a la familia de la víctima, la difusión de ese video “evidencia de manera irrefutable el accionar policial cuando tratan de desviar la investigación plantando un arma” y resaltó el testimonio de la oficial Martínez, quien confirmó que “no había ninguna necesidad de disparar”.
“El auto (con la víctima) pasó despacio y nunca se le tiró encima a los policías, por lo tanto lo que si hubo fue una actitud agresiva y asesina” de los efectivos, aseveró.
Ocho de los policías optaron por negar los hechos que se juzgan y se abstuvieron en declarar, en tanto la audiencia pasó a cuarto intermedio hasta el próximo martes a las 9 para completar con las indagatorias de los acusados y, probablemente en esa misma jornada, comience la instancia de las testimoniales con Soledad Laciar, mamá de Blas.