Para la primera parte de este año, se espera un mercado interno deprimido, con bajas ventas, debido al menor poder de compra de la población. Así lo asegura un informe de IERAL de la Fundación Mediterránea.
Este escenario abre el interrogante: ¿El mercado externo podrá contrarrestar esto, contribuyendo a sostener la actividad económica durante este periodo?.
Entre 2011 y 2023 el comportamiento de las exportaciones fue inicialmente de caída, estancamiento y luego una cierta recuperación. Desfavoreció el tipo de cambio oficial, con recurrentes retrasos y los cepos al cambio y al comercio exterior.
Además, con inflación ascendente, aumentó la incertidumbre económica y se desalentaron inversiones.
Hacia el final de esta etapa aparecen excepciones en el escenario de estancamiento: los cereales (excluyendo el 2023, que sufrieron la sequía) y las carnes. Y no tan mal en industria alimenticia y en aceites. También se expanden las ventas externas de combustibles.
Los precios internacionales y las condiciones para exportar productos agroindustriales y combustibles reflejan los cambios ocurridos en la economía mundial tras la invasión de Ucrania por Rusia y un reseteo de la transición energética.
Sin embargo, este giro no alteró el rumbo descendente de las exportaciones industriales de la Argentina: desde 2011, las ventas al exterior de MOI han caído nada menos que un 47 % en dólares constantes, merma que es de 8 % para las exportaciones primarias y de manufacturas de origen agropecuario.
Desde una perspectiva regional, con el mejor desempeño de los cereales y oleaginosas, se ha visto más beneficiada la región pampeana, en especial Córdoba.
No ha sido así con otras economías regionales, que están vinculadas a exportaciones de productos primarios (excepto minerales) y agroindustriales.
La mayoría de esos productos ha sufrido una fuerte caída, en comparación al año 2011. Un tercer caso es Buenos Aires, más industrial, que ha visto caer sus ventas externas de esos productos.
El repunte petrolero está más vinculado a Vaca Muerta, y en 2023 se observa un sustancial incremento en las exportaciones desde Neuquén.
Actualmente, las condiciones de la demanda externa son diferentes a las de principios de siglo, aunque existen “nichos” de mercado que la Argentina podría aprovechar. Hay una recomposición de la producción agroindustrial, y el impacto de Vaca Muerta ya no se discute.
Sin embargo, será difícil encontrar ejemplos análogos por fuera de la región pampeana y de Neuquén. Recuperar dinamismo en el resto de las economías regionales es uno de los grandes desafíos de la política económica y de las instituciones.