Salud
Según los especialistas consultados, se incrementa un 30% por año. Los datos sobre vasectomías informadas a la Secretaría de Salud de la Nación muestran cifras aún mayores: entre 2017 y 2018, se triplicaron los procedimientos. Pasaron de 181 a 565.
Si bien, en su mayoría, se inclinan por esta práctica hombres juntados o separados que ya son padres, en uno de cada diez casos la eligen menores de 40 años que no tienen hijos y ya resolvieron que no quieren tenerlos en el futuro.
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¿Cómo es el procedimiento?
La vasectomía puede realizarse de una de dos formas. En ambos casos, el paciente está despierto durante el procedimiento. El urólogo utiliza un anestésico local para insensibilizar el escroto.
Con el método convencional, el médico realiza uno o dos cortes pequeños en el escroto para acceder a uno de los conductos deferentes. Luego, corta y retira una pequeña sección de este conducto. El urólogo puede cauterizar (sellar con calor) las puntas y luego atarlas con algunas puntadas.
A continuación, el médico realizará el mismo procedimiento en el otro testículo, ya sea a través de la misma abertura o de una segunda incisión en el escroto. Una vez cortado el conducto deferente de los dos testículos, el médico le dará algunas puntadas o utilizará un “pegamento” para piel para cerrar la(s) abertura(s) en el escroto.
Con el método “sin escalpelo” se realiza un pequeño orificio en un lado del escroto. El médico busca los conductos deferentes bajo la piel y los sacará por el orificio. Luego corta y retira una pequeña sección del primer conducto. Las puntas se cauterizan o se atan y se vuelven a colocar en el lugar. Posteriormente, realiza el mismo procedimiento en el otro testículo. Este procedimiento no requiere puntadas porque los orificios son muy pequeños.
Después de la vasectomía, la mayoría de los hombres regresa a su casa el mismo día y se recupera por completo en menos de una semana.