Jesús María.
Es el durísimo pero esperanzador testimonio de Maico Aguirre, uno de los jóvenes que rescató el Padre Mariano Oberlin a través de su fundación. Después de pasar por el horror de las adicciones y la delincuencia, hoy coordina el proyecto de construcción con material reciclable que la entidad lleva a cabo en Jesús María.
Maico llegó a la ciudad junto al Padre Mariano Oberlin, que es su salvador, después de haber atravesado por las peores situaciones que un adolescente pueda experimentar en carne propia.
Llegó a la Fundación que el religioso preside después de ver en televisión el trabajo que realizaban, pero lo motivó la toma de conciencia de que todo iba a terminar mal.
“Vengo de una problemática de consumo, delincuencia, muchas cosas, hasta que descubrí que había una oportunidad en la vida”, resumió Maico, mientras prepara materiales para comenzar con el trabajo de base para la sede que la organización de Oberlin construirá en Jesús María.
Mientras hablaba con Más Radio muchos adolescentes de barrio La Costanera contemplaban absortos el trabajo que se está realizando a metros de su casa: construir un edificio con material reciclable que se extrae de a basura.
“En la calle estaba en riesgo mi vida, o me mataban, o mataba yo, o terminaba preso porque estaba muy al límite, pero poco a poco me di cuenta que necesitaba una ayuda, un rescate”, continuó Maico.
Y añadió: “Vi que sufría mi madre, mi familia, yo me estaba destruyendo a mí mismo con el consumo, fui a la casa y me interné”.
Actualmente tiene 25 años y hace tres que nació de nuevo gracias a la ayuda de Oberlin, pero también con una fuerte voluntad de superación que logró sostener a pesar de todo.
Hace pocas semanas se comprometió con su pareja y el año que viene ambos van a casarse; tienen muchos proyectos para la vida que esperan poder encarar juntos.
“Hoy ocurre por dentro de nosotros el deseo de poder sacar chicos de la calle”, apuntó Maico.
¿Qué le dirías a los jóvenes que hoy son víctima de una adicción o tal vez están en la delincuencia?
Maico: Hay salida, al principio cuesta muchísimo, horrores, pero con la voluntad de uno siempre se sale adelante.
Este joven es el testimonio más fiel del trabajo social que desarrolla la fundación del Padre Mariano, respaldada por una catarata de buenas intenciones y corazones dispuestos a tender una mano a quien lo necesite.