A 15 años del asesinato de Nora Dalmasso en su casa de un barrio cerrado de Río Cuarto, su viudo, Marcelo Macarrón, se enfrenta hoy a un jurado popular acusado de “homicidio calificado por el vínculo, alevosía y precio o promesa remuneratoria”. Si durante del proceso aparecieran los nombres de los asesinos -una situación que es altamente improbable- ya no podrían ser juzgados porque la causa prescribió. No hay querellantes, solo la fiscalía representa a la víctima. La prensa no tendrá acceso a las audiencias ni habrá partes oficiales después de cada jornada.
Facundo y Valentina, los hijos de Dalmasso y Macarrón, se constituyeron en querellantes después de que él fuera desvinculado de la imputación de presunto asesino, pero cuando un fiscal acusó a su padre en 2016, desistieron de seguir en ese rol.
“Los hijos de Marcelo, para transparentar el curso de la investigación y que no haya ningún problema, han decidido renunciar a su status de querellante particular en la causa”, dijo entonces Marcelo Brito, defensor de Macarrón.