Excepto las provincias hidrocarburíferas de la Patagonia, el resto de los distritos tiene dificultades para acceder a combustible, un insumo imprescindible para desarrollar nuestra actividad.
“El panorama es cada día más complicado. La producción agropecuaria e industrial que ya sufren demoras se verán aún más afectadas si no se revierte la situación actual”, advirtió Roberto Guarnieri, Presidente de FADEEAC.
En abril, FADEEAC empezó a realizar un relevamiento semanal a sus asociados para relevar el acceso al combustible, eventuales restricciones o faltantes, y el precio del mismo ante las reiteradas denuncias de heterogeneidad según la zona geográfica.
A partir de las respuestas de conductores y propietarios de camiones de algunas de las 4.400 pymes que integran las 43 Cámaras de transporte nucleadas en FADEEAC, se conforma este “semáforo virtual” que tiene como objetivo monitorear en tiempo real la disponibilidad de combustible en la Argentina.
A la fecha, con más de 700 respuestas procesadas, el mapa muestra:
- 14 provincias en rojo (señala a los sitios en los que hay muy bajo o nulo suministro en las estaciones de servicio): Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Formosa, San Juan, y Mendoza.
- 4 provincias en naranja (identifica los distritos en los que el promedio de suministro es de 20 litros por unidad): San Luis, La Rioja, Catamarca, y Chaco.
- 1 provincia en amarillo (para referirse a los lugares en los que se cargan entre 51 y 100 litros): La Pampa.
- Las provincias del Sur aparecen en verde.
El 29,6% de los transportistas debió esperar más de 12 horas para cargar combustible; 28,9% entre 3 y 6 horas; 24,4% entre 6 y 12 horas; y 17% entre 2 y 3 horas.
En la mayoría de las provincias hay un cupo menor a los 20 litros por unidad. Es bueno tener presente que un camión necesita entre 35 y 40 litros para recorrer 100 km.
La falta de combustible trae quebrantos, ineficiencias y pérdida de tiempo. El daño es económico y social.
“No podemos cumplir en tiempo y forma con nuestros compromisos y se pierden trabajos a causa de la incertidumbre que genera la falta de abastecimiento normal. Los choferes resignan horas de descanso para hacer filas y ver si tienen suerte de conseguir algo de combustible. A pesar de las promesas del Gobierno aún no hemos recibido confirmación alguna sobre la concreción de las importaciones”, dijo Guarnieri.
De acuerdo con las respuestas de los asociados, el faltante de combustible se siente con mayor intensidad en las rutas nacionales.
El desacople de los precios internos respecto de los internacionales debe ser solucionado con medidas ágiles, impositivas o mediante la intervención de la Secretaría de Energía. En los hechos se están pagando precios elevados -en algunos casos más de $250 por litro-, y aun así no hay gasoil.
La demanda de este combustible seguirá en aumento pues los faltantes de gas implicarán gasoil adicional para atender las necesidades de la industria y el campo.