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Este domingo habrá 30.000 observadores nacionales y 907 extranjeros. El candidato izquierdista López Obrador parece capitalizar el hastío popular en su tercer intento por alcanzar la presidencia.
Los mexicanos votan este domingo en unas elecciones históricas en las que habrá 30.000 observadores nacionales y 907 extranjeros.
Son las elecciones más grandes, violentas y controladas de la historia del país: se votarán 18.299 cargos públicos, hay 89 millones de ciudadanos habilitados para sufragar y durante el proceso electoral 153 políticos fueron asesinados.
El izquierdista Andrés Manuel López Obrador va como favorito dejando atrás a los candidatos de partidos tradicionales, que han gobernado durante casi un siglo.
López Obrador, de 64 años y conocido como AMLO, parece capitalizar bien ese hastío en su tercer intento por alcanzar la presidencia mexicana con una coalición encabezada por su Movimiento Regeneración Nacional (Morena), tras un gobierno saliente que no logró cumplir su promesa de paz y transparencia.
El sexenio de Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó ininterrumpidamente desde 1929 hasta el 2000, estuvo marcado por reformas de gran calado (no exentas de polémica) y varios escándalos de corrupción y denuncias de violaciones a derechos humanos.
Según las últimas encuestas, López Obrador lleva una ventaja superior a 20 puntos sobre Ricardo Anaya, impulsado por una coalición de derecha e izquierda (formada por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano), mientras que José Antonio Meade, del oficialista PRI, aparece tercero.
Si se cumplen los pronósticos, los retos para López Obrador son gigantescos: además de combatir la corrupción, debe cumplir su promesa de “poner en su sitio” al presidente estadounidense Donald Trump, quien amenazó con romper el Tratado de Libre Comercio con México porque el país latinoamericano no es lo suficientemente duro con la inmigración irregular.
Foto: ilustrativa.