Jesús María.
El Vicepresidente de CRA sostuvo que volver al esquema de retenciones sería un atraso para la economía. No dudó en criticar al gobernador de Jujuy y habló de las actividades que se desarrollan en negro.
Crudo y contundente, así podría definirse el estilo del Vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Atilio Carignano, que habló de diversos temas que hacen a la realidad que vive el sector productivo.
Participó hace pocos días de la apertura de la Rural de Palermo y destacó que muchas veces se muestra allí una realidad a la gente de la ciudad que hace pensar que en el campo es “todo plata”, lo que dista mucho de lo que perciben quienes trabajan la tierra.
“Es un encuentro donde la gente tiene contacto con una realidad que es atractiva, llama la atención, más para la gente que es muy urbana, que vive en departamentos de 50 o 60 metros cuadrados durante todo el año y que no sale de la tierra de la maceta, de golpe y porrazo le hablan de retenciones, ve animales hermosos, escucha que se venden a 300 o 500 mil pesos, entonces hay una imagen del campo que es todo soja, todo plata”, sentenció en relación a la muestra de Palermo.
Carignano sostuvo que el 80% de los productores tienen menos de 100 vacas y el 50% de ese 80% tiene menos de 50 animales. Esto marca a las claras que la realidad de opulencia que muchas veces se tiene del campo no es tan así.
Consideró que el país todavía mantiene un piso del 30% de gente en la pobreza, con una inflación creciente y el dólar que no para de trepar.
Para el Vicepresidente de CRA, el valor de la moneda estadounidense no beneficia sólo al campo, y mucho menos si se considera que todos los gastos también están dolarizados.
“Pero no entremos en la payada de quién gana más o gana menos, sentémonos y demostremos, para eso nos han puesto el dedo arriba y, ‘ya que estás ocúpate y hacele entender al urbano de que no mueve el amperímetro a postergación de la retención a la soja’. Es castigar a los ingresos de un país entero, que ha sido una fuente de recursos genuina”, puntualizó.
Carignano quiso además dejar en claro que hay que invertir mucho en la tierra para obtener algún rédito y no siempre se cumplen las expectativas, sobre todo si, como ocurrió en el Norte de Córdoba, la sequía se llevó plantaciones enteras.
También fustigó al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que sugirió que había que frenar la baja periódica de las retenciones a la soja, lo que luego sería echado por tierra por el mismísimo presidente Mauricio Macri.
Nos unió el espanto.
En el año en que se cumple una década de aquel conflicto que paralizó al campo por la Resolución 125, Carignano recordó a los “viejos queridos” que encabezaron la por entonces recién creada Mesa de Enlace para darle pelea al gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner.
“Con diferencias hasta ideológicas se han puesto de acuerdo con un denominador común, creo que en aquel momento nos unió el espanto, primero es algo que no quiero volver a vivir jamás y segundo, no le hizo bien a nadie, ni al país, ni al gobierno de turno, ni a nosotros, que nos dieron un rol de justicieros sociales que no tenemos, simplemente somos parte de un conjunto de cosas y lo único que sabemos hacer es producir y gastarla acá, la mayoría de la plata del campo está acá”, apuntó.
Opinó además que el Estado debe observar más de cerca los negocios financieros y también a los profesionales que muchas veces ni siquiera dan recibo cuando realizan una atención.
“El problema más serio de este país no es el campo, es que hay más de un 50% de la economía en negro que no se puede arreglar. Los impuestos son altos”, aseveró.
Carignano admitió que los productores están muy preocupados porque incluso ven que el propio presidente Mauricio Macri está intranquilo por la situación económica del país, que no logra resolver.
“Hay muchos intereses”, indicó en clara alusión a los sectores políticos, financieros y empresariales que quieren sacar una tajada de la vulnerabilidad del gobierno nacional.
También mencionó a los docentes durante la entrevista y se mostró alarmado de que se gasten alrededor de 18 mil millones de pesos en pagar suplencias porque hay una infinidad de carpetas médicas y licencias.
“Estamos todos pechando el mismo carro, lo que pasa es que hay algunos que pechan más y a otros hay que llevarlos a la rastra”, finalizó.