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Lo sufrió Talleres con la salida de Federico Navarro antes del primer tiempo, movimiento que pareció justificado en su momento, pero que tuvo consecuencias letales. Es el único futbolista en la plantilla que tiene esos atributos de marca y equilibrio, por eso se extrañó su lugar y el albiazul término empatando sobre el final ante Gimnasia La Plata 2 a 2, por la 3° fecha de la Copa Maradona.
Y eso que el “Lobo” tuvo varias bajas por contagio de Covid-19, y después ya midiendo fuerzas, llegó el corte de luz que terminó marcando un antes y un después desde lo anímico en el partido.
Tras el apagón vino lo mejor del elenco de barrio Jardín, que con esos 26 minutos de parate no enfrió sus músculos y se puso en ventaja con un remate de Juan Méndez que se desvió en un mar de piernas hasta llegar a la red.
Claro, después llegó el accidente que fue y no. Porque Navarro ya portaba tarjeta amarilla y se salvó milagrosamente de la expulsión, por lo que el DT Alexander Medina optó por cambiarlo antes del descanso. El ingreso de Soñora no fue suficiente para equilibrar ante la ausencia de hombres de marca, ya que Alexis Mac Allister continúa lesionado.
Y de tanto ir, el “Lobo” encontró su premio al inicio del complemento. Blázquez había tapado un tiro libre de Ayala en el primer capítulo, pero nada pudo hacer ante el remate de Morales. Error en la salida, doble furcio de Enzo Díaz y el 1 a 1 fue inminente.
La reacción del Albiazul llegó por insistir, pero nunca más tuvo la claridad del inicio, lució desconectado y equivocó los caminos para llegar al arco rival. Y así fue cómo se le escapó el partido con el cabezazo de Palazzo, el debutante, para poner el 2 a 1 en el mejor momento del albiazul. Errores de inexperiencia pasaron factura.
Soñora rescató el empate con un remate desde afuera. El 2 a 2 era insuficiente, ya que jugaron con resultado puesto y las noticias desde Santa Fe indicaban el triunfo de Banfield sobre Colón.
No queda más margen de cara al final. Talleres acorraló a Gimnasia, pero no alcanzó. Está obligado a ganarle a Banfield si quiere soñar, no obstante llama la atención lo ciclotímico del equipo que le costó adaptarse a los momentos del partido y esa ventaja en torneos cortos puede ser pecado.
Fuente: La Nueva Mañana.