Aparte de la sequía que afectó la actividad en varios sitios de Brasil y Argentina, también existen preocupaciones acerca de la calidad de los granos brasileños también contribuyen a la inercia alcista, ya que las persistentes lluvias en la región del Mato Grosso están causando una elevada humedad en los granos de oleaginosa cosechados.
Asimismo, este desliz productivo en Sudamérica decantaría en una mayor demanda de soja estadounidense, y en este sentido, el USDA informó la venta de 507.000 toneladas hacia destinos desconocidos.
A nivel local, la firmeza del precio de la soja viene a compensar parcialmente la caída de producción, lo que reduce el impacto sobre las reservas del Banco Central (BCRA). Según un informe de una reconocida consultora, el valor de la cosecha de 2021/2022 caería muy levemente respecto de la campaña previa, y la sequía no sería comparable con la de 2018.
El trigo, en tanto, concluyó con ganancias impulsadas por una solidez generalizada en los mercados de commodities, que motivan compras por parte de fondos de inversión.