La salud del Papa Francisco volvió a llamar la atención luego de que este lunes se suspendiera el discurso que tenía preparado para dar ante miembros de la Conferencia de Rabinos Europeos.
El Jefe de la Iglesia Católica se reunió con los rabinos y previo a dar su supuesto discurso advirtió sobre su estado de salud: “buenos días, los saludo a todos y les doy la bienvenida. Gracias por esta visita que tanto me gusta, pero no estoy bien de salud y por eso prefiero no leer el discurso, sino dárselo y que se lo lleven”.
Tras las palabras de Francisco, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, aclaró que el papa “está un poco resfriado”, pero sus “actividades continúan regularmente”. A pesar de la indisposición, el Papa no ha interrumpido su agenda. Esta mañana recibió, en audiencia privada al presidente de la Generalitat catalana, Pere Aragonés y, durante la tarde mantuvo un encuentro con 7.000 niños de 84 países en el Aula Pablo VI del Vaticano, un evento patrocinado por el Dicasterio para la Cultura.
En la carta entregada a los rabinos europeos, Francisco hizo mención a que “una vez más la violencia y la guerra han estallado en esa tierra que, bendecida por el Todopoderoso, parece continuamente opuesta por la bajeza del odio y el ruido fatal de las armas”.
Además mostró su preocupación “por la proliferación de manifestaciones antisemitas” y expresó “firmemente” su condena.
El papa señaló que en estos tiempos “los creyentes estamos llamados, para todos y sobre todo, a construir la fraternidad y a abrir caminos de reconciliación” y afirmó: “Ni las armas, ni el terrorismo, ni la guerra, sino la compasión, la justicia y el diálogo son los medios adecuados para construir la paz”.
Tras lo sicho, el papa destacó en su carta la necesidad de que desde el judaísmo haya una predisposición al diálogo para acabar con la guerra. Es por eso que Francisco instó a los rabinos y demás creyentes a “dar testimonio de su palabra con nuestro diálogo y de su paz con nuestra conducta”: “Que el Señor de la historia y de la vida nos dé valor y paciencia para hacerlo. ¡Salom!”, concluyó.