En el comienzo de la segunda semana como presidente de Javier Milei y luego de las medidas de shock inicial, con la devaluación anunciada el martes pasado y su posterior impacto en aumentos de casi todos los precios de la economía, incluidos alimentos y combustibles, el Gobierno Nacional publicó un decreto de necesidad y urgencia 2023 – 55, por el que se dicta la emergencia energética, que abre la puerta a aumentos significativos de las tarifas de luz y gas.
Cabe recordar que hasta ahora y de acuerdo a la legislación vigente, rige la Segmentación Energética, por el cual los sectores de ingresos bajos tienen tarifa subsidiada, los sectores de ingresos medios también, aunque con un tope de 400kwh por mes, mientras que los sectores de altos ingresos pagan tarifa plana, sin subsidio.
La medida afectará a los segmentos de generación, transporte y distribución de energía eléctrica bajo jurisdicción federal y el transporte y distribución de gas natural.
En esa dirección, se instruye a la Secretaría de Energía a que establezca mecanismos para la “sanción de precios en condiciones de competencia y libre acceso, mantener en términos reales los niveles de ingresos y cubrir las necesidades de inversión, para garantizar la prestación continua de los servicios públicos de transporte y distribución de energía eléctrica y gas natural en condiciones técnicas y económicas adecuadas para los prestadores y los usuarios de todas las categorías”.
A través de esa resolución, se buscaría fijar nuevos cuadros tarifarios que tienen que empezar a regir como máximo antes del 31 de diciembre del 2024. Mientras dure la emergencia, podrán aprobarse “adecuaciones transitorias de tarifas y ajustes periódicos“.