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En un año con escasa actividad en el Congreso, los diputados nacionales obtuvieron un incremento en sus dietas del 32% respecto al año pasado.
La suba está atada a la paritaria de los empleados legislativos, que cerró en un 45,2%. El presidente de la Cámara Baja, Emilio Monzó, decidió recortar ese montó para los legisladores dejando sin efecto la última cuota de aumento correspondiente al mes próximo, publicó La Nación. Ante esto, es probable que los senadores obtengan el 45,2% correspondiente de aumento a sus dietas.
Con el aumento dispuesto, el salario bruto de un diputado nacional trepó a $218.935 mensuales, el cual está compuesto por la dieta, de $198.935, y los gastos de representación, de $20.000. Sobre este monto se descuentan los correspondientes aportes y el impuesto a las ganancias, que promedia los $48.770.
El saldo de bolsillo de un legislador queda en $149.162 mensuales, más un monto extra por desarraigo y gastos de movilidad que varía según las necesidades y la provincia de origen.
Los diputados y los senadores nacionales no cobran ingresos extra por aguinaldo, título ni por antigüedad, a diferencia de lo que sucede en los otros dos poderes del Estado. “El salario mensual de un legislador nacional es apenas superior al sueldo que percibe un funcionario con categoría de director con una antigüedad de diez años”, indicaron a ese matutino fuentes del Poder Legislativo.
En la Cámara de Diputados solamente hubo cuatro sesiones desde abril a la fecha; en el Senado, apenas hubo seis en el mismo período. Los legisladores, absorbidos por la campaña electoral, prácticamente no mantuvieron reuniones de comisión.
Fuente: La Nueva Mañana.