Sociedad
Bares, restaurantes y confiterías volvieron a abrir desde el jueves pasado en el interior de Córdoba, como un nuevo paso dentro de la fase de “distanciamiento social, preventivo y obligatorio” por la pandemia del coronavirus.
Muchas personas pudieron disfrutar otra vez en este tipo de locales junto a sus seres queridos después de tres meses de restricciones.
Sin embargo en Río Tercero no ocurrió exactamente como esperaban las autoridades. El intendente Marcos Ferrer recibió innumerables reclamos de vecinos por el incumplimiento de protocolos, sobre todo en los bares nocturnos, que están autorizados a trabajar hasta las 2 de la madrugada.
“El problema estuvo en el distanciamiento social, gente que da vueltas por el bar, cambia de mesas y no respeta el grupo de personas con el que fue”, expresó Ferrer.
Ferrer subrayó que la responsabilidad hoy es de los vecinos. “El Estado no es papá o mamá de nadie, no podemos estar todo el tiempo controlando, todos saben las medidas de bioseguridad” expresó.
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