Dos años le llevó a Claudio Marchetti, un constructor de aberturas de aluminio de la localidad de Alicia, cumplir un sueño personal: hacer una réplica de la Torre Eiffel.
Tiene 31,60 metros, pesa diez toneladas y se puede subir hasta el primer piso, donde hay catorce asientos.
Se hizo parte del patio de su casa y durante un tiempo abrió las puertas para que pueda ser visitada. Pero debido a la imposibilidad de brindar comodidades, la puso en venta. Y desde hace algunas semanas, tiene destino: Villa Parque Sikiman.
Entre Daniel Vallejos, empresario de la localidad, y Mario Sariago, desbordan emotividad, porque la torre, pintada a mano artesanalmente, ya tiene un lugar asignado: un barrio cerrado denominado La Josefina, a la vera de la ruta 38.
Para su traslado es desarticulada: sus 86 piezas, numeradas, permite según su creador que sea desarmada en dos días, y que tome menos de una semana armarla nuevamente.
Por el lugar donde nació, fue llamada “Torre Alicia”, y conservaría su nombre. Aunque en la presentación se hablará de la réplica cordobesa de la torre Eiffel.
Marchetti dice que, antes de desprenderse de ella, lloró diez días. Y en acuerdo con los compradores, es él mismo quien le quita las piezas para su traslado y la vuelve a armar por estos días en Sikiman.
“Me dije que Dios o el destino le iban a elegir un buen lugar. No quería que se fuera lejos, porque incluso tuve una oferta de un coleccionista de Rumania. Pero sabía que nunca más la iba a ver”, sentencia hoy.
Posiblemente, para fin de año esté lista en su nuevo destino, con las mismas características iniciales: una escala 1:10 de la torre Eiffel y sus 6 metros en la base.