Córdoba.
Se trata de Ariel Eduardo Gramajo. Permanece detenido en una comisaría de Lomas de Zamora, Buenos Aires.
El lunes por la tarde, la policía cordobesa detuvo a Ariel Eduardo Gramajo, uno de los prófugos del tiroteo en Nueva Córdoba. Permanece detenido en una comisaría de Lomas de Zamora.
Gramajo está acusado de integrar la banda de delincuentes que en febrero pasado entró a un edificio de calle Rondeau, robó una suma millonaria y que dejó un saldo de tres muertos. En ese golpe comando murieron el policía Franco Ferraro y los delincuentes Ricardo Serravalle y Rolando Hidalgo.
Por su parte, el fiscal Rubén Caro dictó la prisión preventiva para los otros tres detenidos por el golpe comando. Diego Alberto Tremarchi -detenido en Bouwer- está sindicado como miembro de la banda, mientras que la empleada doméstica del departamento asaltado, llamada Teresa Mitre (69) y su hermano Miguel Ángel Mitre (67) quedaron con prisión domiciliaria por sus edades. Aún permanece prófugo Ariel Rodríguez Murúa.
A su vez, el 27 de abril pasado la Justicia imputó a dos policías por robar la pistola con la que mataron al policía Ferraro durante el enfrentamiento. Un oficial principal y un cabo que llegaron en un móvil apenas finalizó el intercambio de disparos fueron imputados por los delitos de “sustracción de objeto (arma) destinado a servir de prueba ante la autoridad correspondiente”.
Se trata de un delito excarcelable, por lo que ambos agentes continuarán por el momento en libertad. Al mismo tiempo, ya se giraron los antecedentes al Tribunal de Conducta Policial para que queden de inmediato en situación pasiva mientras se ordena una investigación administrativa paralela.
El robo de la pistola calibre 9 milímetros que se le adjudicaba a Serravalle comenzó a ser investigado por el fiscal Caro, ya que los investigadores habían hallado vainas servidas calibre 9 milímetros entre un ascensor y el lugar donde quedó su cadáver pero junto a él sólo se halló una pistola calibre 22. Ante esta sospecha, el fiscal trabajó durante los últimos días en busca de los responsables de este delito y fueron allanados los domicilios de los dos policías en actividad.
De acuerdo con la hipótesis principal, Serravalle bajó por el ascensor del departamento del 7 “A” hasta el hall del edificio de Rondeau 84 con dos pistolas. Apenas se abrieron las puertas, disparó contra los policías apostados en ese lugar, momento en el que mató a Ferraro de dos balazos: uno que le ingresó por debajo de la axila y le perforó un pulmón, y otro que lo hirió en el muslo.
Serravalle alcanzó a recorrer algunos metros más hasta que fue alcanzado por varios balazos, la mayoría por la espalda.
Fuente: La Nueva Mañana