Rafael Nadal mordió su labio inferior y fijó la mirada en las tribunas cuando junto a sus compañeros del equipo de España de la Copa Davis escuchó el himno nacional el martes antes de lo que el zurdo de Mallorca -y todos los presentes- sabían que podría el último partido de su carrera. Horas después de que sucumbiera 6-4 y 6-4 ante Botic van de Zandschulp, la noche acabó como la velada de despedida del campeón de 22 Grand Slams al tenis profesional, ya que los neerlandeses derrotaron a los españoles en los cuartos de final.
“Probablemente, ha sido mi último partido. Si nada raro pasa, perdí mi primer partido de Davis y pierdo el último. Se cierra el círculo”, dijo Nadal, de 38 años, cuya esposa e hijo estaban en uno de los boxes reservados para los familiares.
La derrota del mallorquín levantó el telón del cruce entre España y Holanda. Fue seguido por la victoria de Carlos Alcaraz, número 3 del mundo, por 7-6 (0) y 6-3 sobre Tallon Griekspoor, el 40mo del ranking. Nadal animó desde el costado de la cancha.
Empatados 1-1 después de los individuales, la serie se decidió con el partido de dobles. Alcaraz y Marcel Granollers perdieron 7-6 (4) y 7-6 (3) ante Van de Zandschulp y Wesley Koolhof para terminar el día.
No pudo controlar la emoción en su último baile Rafael Nadal, que eligió las finales de la Copa Davis para su retirada. Al compás del himno español, mientras la cámara reparaba en su rostro, en primer plano, el ganador de veintidós títulos del Grand Slam no pudo contener la emoción y las lágrimas brotaron por su rostro. Salió a jugar, apoyado por un público entregado. Fue su adiós, su despedida.