Se trata de una máquina que trasforma las grasas porcinas en gas, el cual se reutiliza para calentar agua, ambientar las salas de crías de cerdos y hacer funcionar al mismo biodigestor. La máquina ya está en pleno funcionamiento en el establecimiento” “El Cebil”, de Luis Picat.
El primer biodigestor nacional que funciona exclsivamente a base de grasas porcinas, este miércoles fue presentado en sociedad en el establecimiento “El Cebil” de Luis Picat, el cual funciona a pocos kilómetros de la localidad de San José de la Dormida, en el norte cordobés.
La máquina en cuestión, digiere el material orgánico mediante un proceso biológico que transforma el excremento en gas.
Ese gas se genera en un ambiente anaeróbico, es decir, sin oxígeno. Este proceso genera el metano, el cual es altamente contaminante para el aire (representa veintinueve veces más contaminación que el dióxido de carbono), motivo por el cual se acostumbra prender fuego el gas para transformarlo en dióxido y que no sea tan nocivo con el ambiente.
“A ese gas lo contenemos en una campana y luego lo usamos para generar energía”, explicó Picat, en relación al resultado final de esta tecnología que transforma a su establecimiento en uno de los más cuidados con el medio ambiente.
Ese gas se reutiliza para ser más amigables con las condiciones ambientales pero también para reducir gastos energéticos. ¿Para qué se usa?:
- Para calentar agua para el biodigestor.
- Para calentar salas de recría de destete.
- Para el motor generador para autoconsumo de la energía eléctrica de la “granja”.
Ahorro y consumo
El biodigestor implica un consumo de unos noventa metros cúbicos (unos noventa mil litros diarios) de efluentes, los cuales se trasforman en 1200 metros cúbicos de gas. “A niveles de energía, genera entre 50 y 150 kilowatts por hora, dependiendo de la hora del día, temperatura y otras variables (…) Hemos ahorrado el 70 por ciento de nuestra factura”, ex presó Picat, con el desafío de llegar al cien por ciento.
Este tipo de inversión, estimativamente, implicó un desembolso de unos 5 millones 800 mil pesos, con un ahorro anual de un millón 400 mil pesos, amortizable en cinco años. Para alcanzar estos números, la empresa porcina obtuvo un crédito en Banco Nación mediante el fondo de agroindustria para energías renovables y con subsidios de la tasa del doce por ciento de interés.
Granja intensiva modelo
“Hemos adoptado prácticas como terrazas, detección de malezas para reducir un ochenta por ciento de hervicidas; no usamos insecticidas; los corredores biológicos que tiene cada uno de los lotes y nos queda el bienestar animal: mejorar las condiciones de vida al animal de granja. Bajar antibióticos y maltratos como la señalización o el marcado a fuego (…) estamos en el siglo veintiuno, es una locura marcar al animal; las castraciones”, dijo el propietario de El Cebil.