Es una triste noticia para el deporte, especialmente para el fútbol. A los 74 años, murió cuando en España, Carlos Alfredo “Chupete” Guerini cuando visitaba a su hija. Fue una gloria del fútbol cordobés que brilló en Racing, Talleres y Belgrano, pero también pasó por Boca y el Real Madrid.
Algunos lo consideraban el Johan Cruyff argentino. Ocupa un lugar entre el olimpo de los cracks cordobeses, entere los que se mencionar a los veteranos Mario Alberto Kempes, Osvaldo Ardiles, “la araña” Amuchástegui, “milonguita” Heredia, Rana Valencia o Luis Galván, por mencionar algunos.
Era elegancia y calidad en la cancha. Cada vez que lo comparaban, Chupete respondía de con su frase de cabecera: “a mi me interesaba el dinero pero más me gustaba jugar al fútbol”.
Muchas veces se contó la historia de cuando le dije que no al Real Madrid para quedarme en Talleres. Lo que muchos no saben es que otro tipo dejo al Real Madrid para venirse acá. Hoy nos deja un enorme jugador y un gran amigo. Escribo con el corazón roto. Hasta siempre, Chupete. pic.twitter.com/T3mm3F6q4f
— Daniel Valencia (@ranavalencia) October 24, 2023
Comenzó su carrera en el barrio General Paz Juniors vistiendo la camiseta de Racing hasta 1970. Luego de un fugaz paso por la liga bonaerense donde se corona campeón, vuelve a Córdoba para ponerse la celeste de Belgrano para disputar el nacional. Por sus buenas actuaciones lo buscan los dirigentes de Boca Juniors. De ahí, su carrera fue ascendente: Málaga, primero y sus cuatro temporadas en el Real Madrid. En el Merengue jugó entre 1975 y 1979.
Luego de Boca, llegó la propuesta del Real Madrid. Sobre su paso por el merengue, Guerini supo contar: “Allá jugué con los alemanes Breitner y Netzer, Vicente del Bosque, “Quique” Wolf, Juanito. Salí tres veces campeón en la Liga. Lo que pasó es que nunca fui profesional. Me daba lo mismo estar en el Madrid que en Villa Azalais”.
Fue el autor del gol clave que logró la clasificación de Argentina para el mundial de 1974 en Alemania, pero no fue convocado. Con dos goles de Rubén Ayala y uno de Carlos “Chupete” Guerini Argentina clasificó frente a Paraguay. “No sé qué pasó, pero fui el único de ese equipo al que no llevaron al Mundial. Me quedó un gusto amargo porque había marcado el triunfo; pero fue así y no vale la pena preguntar. No te llevan y listo”
Un día decidió volver a Córdoba. Y Talleres fue el destino. “Cuando fui del Real Madrid a Talleres, les dije a los españoles: ‘Me voy, me voy y me voy’. Perdí dos años de contrato y un montón de cosas. Fue en el ‘79″. Había tenido una charla previa con Amadeo Nuccetelli, prócer histórico de la institución de barrio Jardín, que estaba por Sevilla para comprar a Bertoni. Por otra acción de destino, terminó vistiendo los colores del club cordobés.
“Lo fuimos a despedir al aeropuerto (a Nuccetelli) con Candalá, el hombre que manejaba mis papeles. Me dijo que Bertoni no había aceptado y me preguntó si quería volver. Me voy mañana, le dije. Son esas cosas… Me hizo el contrato en la hoja de vuelo que tenía él. Hablé con los dirigentes de Real Madrid y no querían saber nada. Me decían: ‘Está loco. No es por nada, pero no va a comparar Talleres que está jugando en una Liga de Córdoba con nosotros que estamos jugando copas en Europa. Usted está en el mejor club del mundo’”.