No se ha cumplido todavía una semana desde que nos ocupaba la crónica del hallazgo de dos morteros con su carga explosiva en Córdoba: uno de ellos en barrio La Fraternidad y el segundo en la Segunda Sección del barrio Liceo.
En horas de la tarde del miércoles, advertidos por personal del 911, en la avenida Ciudad de Valparaíso al 4400, efectivos del Dpto. Brigada de Explosivos procedieron al secuestro de una ojiva de cohete T-10.
Las ojivas son la parte delantera o superior de un cohete; allí se aloja el explosivo y reciben el nombre porque su corte longitudinal tiene forma de ojiva.
El parte policial con la información sobre el episodio consignó que el artefacto tenía “espoleta inerte”, lo que hace presumir que no había riesgo inmediato de deflagración.
En cualquier caso, con tres episodios en menos de una semana surge la pregunta: “¿Qué está pasando con los explosivos de uso militar en nuestra ciudad?”.
Luego del levantamiento, remoción y traslado hacia el polvorín de la Brigada de Explosivos, el artefacto quedó a disposición de la justicia.