Luego del partido entre Talleres y Boca en Mendoza por los octavos de final de la Copa Argentina, se vivió un hecho verdaderamente insólito.
El presidente Andrés Fassi quiso hablar con el juez Andrés Merlos por algunas fallas arbitrales que sufrió el albiazul a lo largo del cotejo. Sin embargo, según denunció el dirigente, Merlos lo golpeó en el rostro.
Por su parte, el propio referí respondió haber visto a dos custodios de él exponer un arma de fuego en su vestuario. Un escándalo que se produjo dentro de la cancha y sigue ahora en la Justicia.
En este sentido, este jueves la Fiscalía de Mendoza imputó a Merlos por lesiones dolosas y le impuso una prohibición de acercamiento hacia los dirigentes de Talleres.
En la declaración, también detalló que el vicepresidente Gustavo Gatti sufrió una “patada en el abdomen inferior derecho” que le provocó una “excoriación lineal de 0,5cm de largo, 2 equimosis violáceas redondeadas de 1.8cm de diámetro cada una, con una separación entre si de 1 cm”.
Por esto, el fiscal a cargo Gustavo Stroppiana, lo citó a declarar el próximo martes 19 de noviembre a las 11:00 horas. De confirmarse la sentencia, será suspendido de por vida, conforme al reglamento de AFA.
La terna arbitral también deberá responder el por qué le mintieron a la justicia -y en las distintas notas periodísticas- tras los hechos.
El polémico tanto cobrado contra Talleres
El enojo de Talleres se dio inicialmente por que convalidaron el gol que marcó Brian Aguirre, que abrió el marcador del partido, a los 15 minutos del primer tiempo.
Los integrantes del cuerpo técnico de la “T” reclamaron que la pelota había salido del campo de juego y que el gol debía ser anulado, pero como no existe el VAR en la competencia, la jugada no se revisó y el árbitro lo convalidó.