A última hora del lunes, y luego de una reunión con la mesa de negociación parlamentaria que tienen con sus aliados (PRO y MID) el Gobierno anunció un incremento del 6,8% para trabajadores de universidades y, con ese movimiento, se estaría garantizando nuevamente un tercio del recinto ante la sesión que se llevará este miércoles a las 11 horas en la Cámara de Diputados para revertir el veto de Javier Milei a la ley de financiamiento universitario.
El aumento representó un reconocimiento de la pérdida de poder adquisitivo (que los gremios dicen que se encuentra en torno a un 50% en términos reales) pero refuerza un argumento de Casa Rosada: son los de mejores paritarias en la administración pública, contemplando que en ATE recibieron un 3% para los últimos dos meses. “Ellos estaban en una posición muy kamikaze, de vetar y que no importe nada… nosotros les hicimos entender que era necesaria una muestra de buena voluntad para que la comunidad universitaria se quede tranquila de que no queremos cerrar nada, expresando que este era el mejor aumento que se podía dar”, le dijo a Ámbito uno de los diputados aliados que participó de la reunión.
Más allá del eventual impacto mediático, el diputado expresó la importancia de la reunión: unificó los votos de los dudosos del PRO, aunque en el bloque amarillo hay dos votos en contra del veto (González y Baldassi). No se esperan muchas más filtraciones del oficialismo, que desde su entorno asegura que tiene garantizados los cinco votos que le aportan los gobiernos aliados de Tucumán y San Juan, más cuatro de los radicales que integraron el grupo de los “87 héroes” (menos Cervi, que se abstendría). “Del 1 al 10, tenemos un 7 de optimismo. Estamos pendientes a todo: a los vuelos que se puedan llegar a demorar y a todas las posibles ausencias”, admitió para este medio una radical que se puso el proyecto al hombro.
Financiamiento universitario: qué le queda a la oposición
El factor de los faltazos y las abstenciones -que tienen el mismo valor cuando el quórum está garantizado- será el determinante. Por licencias, se conocen dos ausencias de votos contra el veto (Carbajal y López Murphy) y uno a favor (Zago); los demás son interrogantes, aunque tres misioneros de Innovación Federal (todos menos Arrúa) tampoco estarían presentes: en agosto, estos últimos habían votado a favor del financiamiento universitario.
Con un nuevo anuncio de incremento salarial este mismo martes (segundo aumento en 24 horas), el Gobierno busca disuadir a las agrupaciones universitarias que atenúen sus medidas de fuerza, que ya escalaron a toma de facultades y se reflejarán nuevamente en las inmediaciones del Congreso. “Los rectores quieren que la cosa se calme, no les conviene que no haya clases”, aseguró un diputado a favor del veto de Milei.
Es la ascendencia de las autoridades universitarias la carta a la que apuestan los opositores: se conoció que al menos las universidades de Tucumán, Córdoba, La Pampa y la Patagonia se contactaron con diputados de sus provincias para hacerles conocer su demanda de aprobar el proyecto. Su ascendencia y la de la movilización son las únicas posibles de torcer voluntades en una votación que no trastocaría el equilibrio fiscal, pero si el orden político.