País.
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El satélite Saocom 1-A, construido íntegramente en Argentina, se encuentra en órbita en el espacio a unos 620 kilómetros de la Tierra. El cohete, un Falcon 9 Block 5 de la empresa SpaceX, perteneciente al multimillonario emprendedor Elon Musk, se lanzó este domingo pasada a las 23.21 (hora local) en la Base Vandenberg en California, que administra la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Su construcción real demandó cinco años, pero el proyecto data desde 1998. En estos 20 años su planificación, financiamiento y construcción atravesó siete gobiernos (Menem, De la Rúa, Duhalde, Kirchner, Fernández de Kirchner y Macri), con todas las crisis económicas y políticas que conocemos.
Enmarcado en el Plan Espacial Nacional, el Saocom 1A (Satélite Argentino de Observación con Microondas) fue desarrollado y construido por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) junto con empresas y organismos como INVAP, VENG y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con participación de unas 80 empresas de tecnología e instituciones del sistema científico-tecnológico del país y la colaboración de la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Algunas características del Saocom 1A
El proyecto se inició en 2008, dando comienzo a la construcción del satélite concretamente en 2013, en distintos puntos del país: Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Río Negro.
La misión Saocom llevará al espacio una compleja tecnología de observación de la Tierra. Se trata de un instrumento activo que consiste en un Radar de Apertura Sintética (SAR, por sus siglas en inglés), que trabaja en la porción de las microondas del espectro electromagnético, particularmente la banda L. Tiene tres paneles solares y una plataforma de servicio de 4,7 metros de altura por 1,2 m de lado. Observará el planeta de día y de noche, con lluvia o nubes y podrá transmitir gracias a su antena radar de siete paneles.
Una vez en el espacio, la antena radar del satélite emitirá hacia la Tierra pulsos en microondas que interactuarán con los elementos de la superficie. Esos pulsos volverán a la antena y brindarán información de los elementos que puedan encontrar en la Tierra (hielo, vegetación, suelo, agua, edificios, barcos, etc.). Allí el satélite recibirá esos pulsos y generará paquetes de datos que enviará al Centro de Control de la Misión, ubicado en Córdoba.
El satélite, de tres toneladas de peso, está específicamente diseñado para que pueda servir a la agricultura y a la hidrología, pero también, por ejemplo, permitirá la generación de modelos digitales de elevación del suelo, modelos hidrológicos, para generar pronósticos de inundaciones o sequías, entre otros muchas aplicaciones.