A casi dos años del crimen que conmocionó a Traslasierra, el juicio por el asesinato de Santiago Aguilera llegó su etapa final.
El Tribunal Oral Federal N° 3 de Córdoba dio a conocer este martes el fallo contra Walter Gil y Julio César Ramírez, los dos acusados detenidos desde el año pasado.
Los delitos por los que se procesaba a estos dos hombres son: secuestro extorsivo triplemente agravado por lesiones graves, por la participación de dos o más personas y por la muerte.
La justicia determinó que Walter Gil recibiera prisión perpetua, acusado de ser uno de los autores del secuestro y homicidio.
Mientras que Julio César Ramírez recibió cuatro años por el encubrimiento de tales crímenes. Esto dejó un trago amargo para los familiares, quienes habían pedido 15 años para este.
Aún quedan cuatro imputados por investigar en una causa paralela, por lo que la investigación sigue abierta.
Audiencia final
Durante la última audiencia, la familia de Santiago volvió a exigir justicia y expresó su dolor. Carlos Aguilera, el padre del joven, habló entre lágrimas y señaló que el crimen destruyó sus vidas.
“Aparecieron estos traicioneros, cuando uno menos lo esperaba, para cambiarnos la vida y convertirla en el infierno. El daño y el dolor que nos causaron es inmenso e irreparable. Será perpetuo infinito. Movidos por codicia, nos arrancaron a nuestro hijo de nuestra propia casa, lo torturaron sin piedad, lo asesinaron y lo tiraron en un basural”, afirmó el padre de la víctima.
Luego le siguió el turno de la madre de Santiago, quien se encontraba muy angustiada y decidió mantener el mismo discurso que su esposo. Mientras tanto, los imputados eligieron no declarar antes de que los jueces comiencen a deliberar.
Además, los familiares apuntaron en contra del fiscal Enrique Senestrari, calificándolo como “responsable”.
Caso de Santiago Aguilera
Los hechos ocurrieron en agosto de 2022, cuando Santiago, de 18 años, fue secuestrado en Chuchiras, cerca de Las Tapias.
Su cuerpo apareció días después en la zona de Boca del Río, en Villa Dolores, sin vida y con signos de tortura.