Belgrano ganó de punta a punta al partido porque fue un equipo que mostró una imagen cargada de mayor carácter y un juego superior que el exhibido en muchísimos de los juegos anteriores. El triunfo 3 a 1 ante Instituto fue justo, generado en el arranque y completado en el cierre, pero que en el medio tuvo eficacia.
Tres hinchas del Pirata fueron los que marcaron, tres jugadores de esos que cuando ponen su mano sobre el ojo lo sienten en el corazón. Pero, además, hubo muchísimo de correr, meter y sacrificarse para recuperar un poco de la idiosincrasia que el club de Alberdi tiene en sus ADN. Porque más allá de que intentó un par de veces salir jugando, la mayor parte del encuentro la disputó a dientes apretados y no dejó lugar en el campo sin que se regara con el sudor del sacrificio.
El equipo tuvo en los extremos del terreno a dos pilares del triunfo que llega después de cinco fechas, porque Jara en la primera que tuvo facturó y Chiccó sostuvo el triunfo parcial con un par de tapadas en el segundo tiempo cuando el marcador era por un gol de ventaja.
Hubo mucho juego de los del medio, mucho de aquello de correr y meter. El equipo tuvo en Compagnucci a un lateral que se la ingenió para aprovechar lo flojo que es La Gloria en la marca, porque le alcanzó con pararse sobre la línea y encarar para ganar y romper una defensa estática.
Cuando Alarcón mando la pelota contra las cuerdas del arco de la Preferencial, tras la falla de Delgado en el cierre, el equipo no encontró la pelota y comenzó a tirarla para adelante en busca de que Jara fuera el salvador, pero a los 35, otra vez la defensa de Instituto miró una pelota baja de Compagnucci que fue al vértice del área para que Lucco pusiera el taco y el surgido en las inferiores gritara su primer gol con la Pirata contra la piel.
Ya en el segundo y con la ventaja, se acomodó el Celeste y aunque el visitante tuvo un par de jugadas con Russo, siempre se percibió que si acertaba una contra el trámite llegaba a su fin. Metilli le acertó a Roffo y Jara falló por centímetros, hasta que Chavarría corrió desde el medio y definió como en las viejas épocas: toque suave y festejo enloquecido.
La Gloria se quedó sin resto futbolístico, del poquito que tiene, y sin ideas. Aparecieron los “ole” de la tribuna y Lo Celso se fue expulsado. Siguió el Pirata cerca de marcar y el reloj se llevó los minutos de cierre.
Belgrano lo ganó con su garra general y con tres hinchas que le dieron a su gente una tremenda alegría. En una victoria para calmar los nervios y para que el hincha disfrute. Es el primer clásico ganado tras la vuelta a Primera.
