Córdoba
Su presente lejos estaba de presumir la grave y millonaria sospecha que hoy pesa sobre su espalda. Luis Abraham Bastidas Ramírez (41) hacía tres años que se había mudado desde Venezuela a Córdoba, aunque lejos estaba su real historia del derrotero que narran otros compatriotras de él cuando relatan porqué dejaron su país.
Bastidas Ramírez vivía en un departamento de Balcarse al 500, a pocas cuadras de la Terminal de Ómnibus de la ciudad de Córdoba, junto a su última esposa y sus pequeños hijos. Allí mismo, a metros del Parque Sarmiento, él atendía un quiosco. Su mujer tenía un pequeño salón de bellezas.
Este jueves minutos después de las 9, el hombre fue esposado por los investigadores de la División Investigación Federal de fugitivos.
El 31 de julio último, desde Andorra se había librado una orden internacional de captura en su contra acusado de “delito mayor continuado de blanqueo de dinero, proveniente de la corrupción pública”.Una figura penal que contempla un máximo de ocho años de prisión.
El pedido internacional llegó a Interpol el pasado 7 de agosto, y de inmediato comenzó una investigación en conjunto entre esa fuerza y la delegación Córdoba de la Policía Federal Argentina (PFA), ya que se detectó que Bastidas Ramírez hacía tres años había ingresado a Argentina y que incluso ya tenía un documento para extranjeros.
En Córdoba, hasta ahora nadie de quienes lo frecuentaban podían imaginarse que este quiosquero estaba sospechado de lavar más de 5.000.000 millones de dólares en la Banca Privada de Andorra (BPA).
Una maniobra delictiva que, según se sospecha, tenía como epicentro la petrolera estatal venezolana Pdvsa.
Allí, Bastidas Ramírez fue gerente del departamento de logística y servicios generales. Su primo, Rafael Ramírez, entonces presidente de la Pdvsa, fue quien lo nombró.
Ramírez lejos está de ser una anécdota en toda esta historia. Es la pieza central del llamado “caso Androrra”, el mismo que este jueves terminó con la detención de su primo Bastidas Ramírez en Córdoba.
Ramírez durante largos años fue una pieza clave en el gobierno de Hugo Chavez. Ocupó cargos estratégicos en el sector de la energía y ya con Nicolás Maduro como presidente, fue embajador de su país ante las Naciones Unidas hasta que renunció a fines del año pasado. Desde entonces, su paradero es un enigma.
A esa altura, la investigación por el “caso Andorra” ya lo tenía cada vez más en la mira.
Se trata de una causa que se hizo pública en 2015, cuando la Unidad de inteligencia financiera del Departamento de Tesoro de Estados Unidos advirtió que la BPA habría lavado dinero proveniente de la mafia china, rusa y “de una trama de corrupción enquistada en Pdvsa”.
En ese momento, la BPA fue intervenida por las autoridades andorranas en marzo de 2015 por presunto blanqueo de capitales.
El año pasado, el fiscal general de Venezuela, Tarek Saab, estimó en 4.964 millones de dólares el blanqueo de dinero a través de la BPA.
Este jueves, esta historia criminal financiera que se desarrolla a miles de kilómetros de Córdoba tuvo en esta provincia una parada que para muchos fue inesperada.
Fuente: La Voz.