Sociedad
Dalmasso es dueño de dos carruseles. Uno está ubicado en la ciudad de Funes y el otro en el parque nacional de La Bandera en Rosario. Sin embargo, desde que comenzó la cuarentena obligatoria tuvieron que cerrar. Nunca fueron habilitados para abrir las clasitas aunque Santa Fe se encuentre en Fase 5.
Desesperado y sin ingresos, Dalmasso tomó una de las decisiones más difíciles de su vida. Tuvo que poner a la venta los caballitos de madera del carrusel para poder subsistir a la crisis que lo atraviesa desde que el coronavirus llegó al país. “Es la única forma de tratar de aguantar por lo menos un mes o dos meses más”, dice Dalmasso a Infobae desde su casa en la ciudad de Rosario. “La verdad es que ya no sé qué hacer”, se lamenta.
“Cuando empezó todo esto pensé que íbamos a estar 40 días, pero el tiempo pasó y ahora ya no sé qué hacer. Vendí todo: vehículos, dólares, oro. Me deshice de todo y ahora no me quedó más que desarmar la calesita y vender los caballitos. Siento una tristeza enorme porque uno ya vivió crisis, como la del 89 o el 2001, pero esta es la primera que no te dejan trabajar. La primera vez que facturé cero”, cuenta acongojado.
Sin embargo, Dalmasso cuenta que lo mejor que descubrió dentro de este mal momento es la solidaridad de la gente. “Cuando se enteraron de lo que me pasaba mucha gente se comunicó conmigo, me intentó dar una mano, la verdad es que estoy muy agradecido. Frente a tanta desesperación escuchar que hay que personas que están dispuesta a ayudarte por nada, te da fuerza para seguir”, se emociona.
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