Sociedad
Gustavo Arce pasó de fabricar trajes, camisas y boxers a convocar a sus empleados para salir adelante con la confección de batas, tapabocas y camisolines de uso médico.
En dialogo con Perfil habla de extremar la resiliencia y la solidaridad en estos tiempos raros en que se lucha “contra un enemigo invisible”. No le tiene miedo al tema precios y asegura que, a $35 pesos -como estipulan los precios cuidados- se pueden vender bien los barbijos, incluso usando telas de buena.
El empresario está muy preocupado por la situación de la industria textil y apela al gobierno nacional y provincial y en especial a los bancos para acompañar a las empresas en estos meses tan duros.
Y adelanta que si los shoppings mantienen su idea de cobrar alquileres aún con locales cerrados, “serán muchos los que dejen sus locales”.
Fuente www.perfil.com