Ocurrió durante el casamiento de Máxima y Guillermo. “Inesita”, hermana de la consorte de los Países Bajos, había llegado con un look darck que tuvo pésima devolución por parte de la Corona. Máxima, se antepuso a la situación y pidió que a ella “no la molestaran”.
Redacción La Nación
Estuvieron presentes sus hermanos, tíos y amigas íntimas. Inés tenía 16 años, estaba por empezar quinto año del colegio cuando viajó a apoyar en todo a su hermana. Y fue en esa exposición ante el mundo en la que quedó en evidencia la devoción de Máxima por su hermanita.
Según relata el libro Máxima, una historia real, biografía no autorizada de la reina, de Gonzalo Alvarez Guerrero y Soledad Ferrari, “entre tantas expectativas, previsiones y visitas, la futura princesa le dedicó mucha atención a Inesita, su protegida, que en plena crisis de identidad lidiaba con unos kilos de más, una profunda timidez y una muy reciente pelea con su madre. Llegó a Holanda con un estudiado look dark, que horrorizaba a María Pame y preocupó a algunos consejeros de la corona. Máxima, amable y tajante, advirtió que no se metieran con ella”.