A horas de la llegada del huracán Milton, millones de personas huyen de sus casas en más de una docena de condados ubicados en la Costa del Golfo de Florida.
Las estaciones de servicio se vieron colapsadas por filas interminables y las rutas mostraban un tráfico “a paso de hombre” para salir de Tampa, según publicó Reuters.
Semanas atrás el paso del huracán Helene causó la muerte de más de doscientas personas y daños cuyo calor se calcula en miles de millones de dólares.
Sobre esos escombros es que se avecina Milton, la tercera tormenta de mayor intensidad que se registró en el Atlántico. Pese a haber bajado de la máxima categoría a nivel cuatro, su peligrosidad mantiene en vilo a los Estados Unidos.
Los camiones volcadores trabajan sin parar para limpiar los cascotes que quedaron desperdigados que dejó Helene por temor a Milton los convierta en proyectiles letales.
El Centro Nacional de Huracanes pronosticó marejadas ciclónicas de 10 a 15 pies (3 a 4,5 metros) a lo largo de la costa al norte y al sur de la bahía de Tampa, que probablemente inundarían las zonas bajas. Se pronosticaron precipitaciones de entre 5 y 10 pulgadas (127 a 254 mm) o más que amenazaban con inundaciones repentinas más tierra adentro.
El presidente Joe Biden pospuso su gira por Alemania y Angola para estar al frente de la supervisión de la tormenta, según informó la Casa Blanca. El mandatario norteamericano dijo que es una cuestión de vida o muerte y les pidió a las personas que tienen órdenes de evacuación que lo hagan de inmediato.