El Arzobispo porteño Jorge Ignacio García Cuerva realizó la tradicional homilía en el Tedeum realizado en la Catedral Metropolitana para celebrar el 9 de julio, Día de la Independencia ante la presencia del presidente Javier Milei.
En un discurso donde subrayó las carencias y necesidades no resueltas de gran parte de la población, García Cuerva expresó que “a muchos les falta el termómetro social de saber lo que viven los argentinos de a pie”.
Durante la ceremonia del 25 de mayo las palabras vertidas desde la Iglesia católica fueron interpretadas como una dura crítica a las políticos del Gobierno nacional. Este 9 de julio el impacto del discurso del Monseñor no fue distinto.
García Cuerva manifestó que daría su discurso “más allá de que luego puedan ser tomadas frases aisladas para fomentar la fragmentación”
“Como decía el Papa Francisco, hoy no hay tiempo para la indiferencia, no nos podemos lavar las manos con la distancia. O somos hermanos o se viene todo abajo”, dijo García Cueva, que pidió al mismo tiempo “vivir la libertad de la mano del amor al prójimo”.
El representante de la Iglesia católica dijo que “muchos argentinos están haciendo un esfuerzo enorme” y pidió “que nadie quede afuera, que no haya excluidos”.