País
Los economistas dicen que cederá respecto de 2018, pero recién en el segundo semestre. El dólar y las elecciones, variables clave.
l 2019 va a ser un nuevo año inflacionario. De eso no hay ninguna duda. Los datos de los índices de precios al consumidor del mes pasado (2,90% a nivel nacional y 3,97% en el Gran Córdoba) terminaron de despejar cualquier incógnita: enero se transformó en un primer escalón alto que se espera se replique, en términos similares, por lo menos, hasta mitad de año.
Los economistas entienden que recién a partir del segundo semestre se podría empezar a pensar en una pendiente en descenso para terminar el año, allá por diciembre, con una inflación “de punta a punta” del 30 por ciento.
Sin embargo, como los pronósticos que se materializaron hace un año respecto del devenir de 2018 fueron tan errados a partir de la megadevaluación del peso y su traslado a los precios, pocos se atreven a aseverar tajantemente nada.
Además, para complejizar aún más el panorama en relación con lo que sucederá con la economía argentina en lo que resta de 2019, hay que recordar que se trata de un año con elecciones presidenciales. Esto, todos coinciden, aporta una variable tan clave como incierta.
Más cuando todavía hay una completa indefinición en relación a los candidatos.